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Ayer una compañera hacía mención al cuento de Jorge Bucay “El anillo del rey” lo leí y me conectó con las palabras de mi abuela cuando le dije que era feliz. Vibrando con esa emoción y alegrándose de mi, me miró con ternura y dijo: en la vida hay momentos de mucha felicidad y hay que tener presente que vendrán otros que no serán tan buenos pero tendrán que ser afrontados de igual manera. Me dejó pensativa y sentí miedo, ese que a veces se siente cuando todo va bien. No me dejé llevar por él, era feliz y merecía disfrutar de ese estado, asi que conecté con ese miedo, le di espacio al igual que a las palabras de mi abuela y seguí disfrutando de esa sensación de plenitud desde la tranquilidad de aceptar que nada es para siempre. Sí, incluso en los buenos momentos hay que ser consciente de lo efímero de las cosas, de los buenos momentos y por supuesto de los malos, nada es permanente, como decía Mercedes Sosa, ¡cambia, todo cambia!

Te invito a escuchar el cuento.

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¿Con qué parte de él te sentiste más identificada? ¿cuando el rey está sin salida ante un precipicio, en la celebración o en un camino medio? ¿Qué estrategias de afrontamiento crees que le vendría bien en la situación límite?

Hay un momento clave en el cuento, cuando el rey lee el mensaje y siente un gran silencio, deja de escuchar el trote de los caballos, ¡parece que los enemigos dejan de perseguirle! Esto simboliza la ACEPTACIÓN el primer paso para cambiar, parafraseando a Carl Rogers, la curiosa paradoja es que cuando acepto la situación exactamente como es entonces, y solo entonces, puede cambiar.

Si te encuentras al borde del precipicio, sin escapatoria, bloqueadx… quizá no sea suficiente con sacar un papelín de debajo de un anillo y leer que la situación pasará, ¡sí, es verdad! pero mientras tanto para aceptarla y para que no se repita, el mismo acantilado con los mismos enemigos, necesitas poner al servicio de la situación los recursos con los que cuentes: humanos (familiares y amigos en los que apoyarte, a los que solicitar ayuda), de autocuidado, de reconocimiento y expresión emocional y cognitiva.. y por supuesto si sientes que no tienes recursos solicitar ayuda profesional: ¡No estás solx!

ayuda psicológica